El amor hace perder la cabeza

El amor hace perder la cabeza

Los que me hacen sonreír.

domingo, 20 de febrero de 2011

Capitulo 56: Depende de ti.

El destino hace un parón en el tiempo y deja de seguir con su curso. Las vidas de ambos se paran y desde ese punto de partida, comienzan una nueva vida.
Ella, en el hospital. El, escapando precisamente de este destino dichoso. A miles de kilómetros de distancia, por poco que sea, piensan el uno en el otro. Soñando con sus lagrimas y con las noches, demasiadas, pasadas en vela. Imaginando que él nunca se fue, y que ella nunca se desmayo en la discoteca, pensando que nada de esto tuvo que ocurrir.

10:30 del dia siguiente.
-Muy bien, pues ya se puede ir.
-Muchas gracias doctor.-dice ella con voz suave.
Diego la agarra de la cintura y la lleva a la sala de espera, donde sus amigos la están esperando.
-Patri! -dice Elena saltando a sus brazos.
-Como estas?-pregunta Hector.
-Bueno, estoy bien, aunque me han dicho que reposo.
-Pero, ¿Que te ha pasado exactamente?
-Luego os lo cuento, ahora solo quiero irme a mi casa.
Realizando la petición de Patricia, la llevan a casa. Quieren llegar antes de que sus padres lleguen del viaje, antes de que se den cuenta de que su hija no ha pasado la noche allí.
Girando la llave dentro de la cerradura, la puerta hace su particular ruido y se abre. Diego y Patricia pasan a la habitación y Patricia se sienta en la cama.
-Bueno chicos, nosotros nos vamos, si pasa algo nos llamáis. -dicen los demás.
-Ok, mañana nos vemos. -dice Patricia sonriendo.
-Adiós chicos.- Dice Diego.
-Cariño tu no te vas? Tus padres estarán preocupados...Y no qu
iero causarte molestias.
-Pero, que dices? Como me vas a molestar tu? No digas tonterías.
-Las tonterías las dicen las tontas, pero yo no soy tonta, solamente estoy enamorada- dice Patricia mordiéndole el moflete a Diego.
-Enamorada, pero también estas rabiosa ehh, que vaya mordisco que me has dado.
-Es que tengo hambre jaja.
-Se nota...Bueno tu descansa, yo preparo alguna cosa.
-¿Seguro?
-Segurisimo.
Acomodándole la almohada a Patricia, Diego se va a la cocina a intentar preparar algo comestible.
Los cazos empiezan a chocarse unos con otros y la risa de Patri empieza a sonar.
Patricia mira su móvil. Una llamada perdida...De Sara. ¿Que le querrá decir? ¿Se habrá enterado de que me desmaye sin ninguna razón aparente en la discoteca?
La canción de "Lo que no ves" empieza a sonar en la pantalla del
móvil. El dedo pulgar presiona el botón de llamada, y Patri se pone el móvil en el oído.
-¿Si?
-Hola Patricia, soy Sara.
-Ya, lose.
-Tengo que contarte una cosa...
-¿Que cosa?
-Es sobre Oscar...
-Mira Sara, lo siento pero Oscar ya no me interesa, solo es mi ami...
-Patricia, Oscar se ha ido!
-No me...Que!? Se ha ido? Donde? Cuando? Como?
-Se fue ayer por la noche...No me quiso decir a donde se iba.
-¿Y porque motivo se fue? - el corazón de Patricia parece un locomotor.
-¿De verdad no sabes la respuesta a la pregunta? Patri, se fue por ti, porque su corazón no aguanta mas verte al lado de otro que no sea el, porque es demasiado daño el que siente al no poder tenerte a su lado, como antes...Porque te quiere demasiado...Y volverá cuando el corazón sane.
Las lagrimas de Patricia llegan hasta el ultimo rincón de la habitación. Por suerte, Diego esta en la cocina y no la ve, por suerte no se ha desmayado todavía, por suerte sigue viva.
-Sara, muchas gracias por contármelo...
-Era lo que tenia que hacer, Oscar me lo dijo...Y una cosa mas.
-¿Que?
-Depende de ti que vuelva o no.
Sara cuelga el teléfono. Ya no hay nadie al otro lado del móvil con quien pueda hablar y que escuche las lagrimas de Patricia.
Medio tirada en la alfombra de la habitación con el móvil en la mano, Patricia vuelve a sentir aquel pequeño mareo. Un escalofrío le recorre desde la columna vertebral hasta el ultimo dedo del pie. Las manos le empiezan a temblar y parece que empieza a perder un poco el conocimiento, bueno parece o lo esta perdiendo, no lo podría decir muy bien ahora mismo. Sus ojos derraman gotitas transparentes sin parar, una tras otra, sin parar, sin tener una pausa, como en las películas. El móvil rebota en la alfombra, y Patricia cae al suelo, con la cabeza apoyada sobre los brazos.
Parece como si le hubieran dado veneno y estuviera haciendo efecto, como si la sangre ardiera por el interior de las venas y cada vez doliera mas.
Los miles de recuerdos, las miles de palabras recorren hasta la ultima extremidad de Patricia, haciendo que en su cabeza, sus sentimientos se acumulen de tal manera, que parece que la cabeza le va a explotar.
Las fotos. Los besos. Los abrazos. Los te quiero. Las miradas. Las sonrisas. Benidorm. La piscina. Su vida. Lo que vivieron juntos. Lo que el mismo destruyo. Lo que le hizo correr a Patricia cada vez que le hablaba o lo recordaba algo. El dolor. La rabia. El amor. Una razón para vivir. ÉL.
Y se derrumba, se derrumba como los sentimientos al borde del vacio, como la vida que aparentemente son dos dias, como todo lo que queda por llorar, como todo lo que ahora mismo tendria que pasar.
Diego aparece y se para en seco en frente de ella.
-Patricia!
La coge por los hombros y le da unas palmaditas en la cara. La acomoda en la cama y le pone su móvil al lado de las manos. Corre a llamar a una ambulancia, sin pensar en nada, solo en ella.
-Diego...
Su voz triste y apagada se oye desde la habitación. Diego corre hacia ella.
-Patri! Que te pasa?
-Me ha dado un mareo...
-Porque?
-No hay porque...
-Llamo al hospital? O a Elena o a tus padres?
-A Elena, dile que venga.
Diego le toca la frente a Patri. Mas caliente que un radiador.
Llama a Elena y le dice que se de prisa. Coge una toalla mojada y se la pone en la frente a Patricia. Se va a la cocina y recoje las 4 cosas que quedan.
Se pone junto a ella en la cama. Llaman a la puerta. Abre. Ve a Elena con los ojos como platos al ver a Patricia tan mal.
Dedicen llamar a una ambulancia, pero ella se lo impide.
-Elena, Diego, no llameis a la ambulancia, estoy bien.
-No, no estas bien. Te has vuelto a desmayar.
-Estoy cansada...Y necesito descansar, solo es eso, en serio.
-Bueno, pero como vuelvas a sentirte mal nos habisas.
-De acuerdo.
Diego la besa en la frente. Le acomoda un poco mas la almohada y cierra la puerta de la habitación.
Patricia apoya su cabeza, fuerte, contra la almohada y cierra los ojos, intentando controlar sus ganas de tomar un tren hacia quien sabe donde.

A miles de kilómetros, en Benidorm exactamente, Oscar intenta dar las menos explicaciones posibles a su familia. Su tía le pregunta una y otra vez que le diga una razón de porque ha decidido dejar a sus padres, el instituto, sus amigos...Su vida.
Oscar niega con la cabeza a las posibles respuestas de su tia.
-Ha sido porque sacabas malas notas? -dice ella insistiendo.
-No...
-Entonces, porque ha sido?
-Esas cosas pasan. Cuando quieres cambiar de aires, cuando las palabras no bastan, y solo vale la razón, no el corazón, cuando decides dejar todo atrás, cuando tienes el valor de decir adiós al pasado, cuando te das la oportunidad de volver a vivir lo que tu mismo destruiste. Por eso me he ido, porque he decidido arreglar lo que yo un dia destruí, y porque simplemente la vida no es nada fácil, y sin ELLA mas todavía.
La mirada atónita se posa en la cara de aquel joven que huye del destino, como huiría un ladrón de sus crímenes.
Oscar, dejando a su tía asombrada, se da la vuelta y se va a su
habitación. Sin ni siquiera encender la luz, se tumba en la cama y apreta, como ella, la cara contra la almohada y cierra los ojos, fuerte muy fuerte, mas fuerte todavía, para intentar salir de aquella puta pesadilla que lo tiene encerrado en aquel destino inexistente.
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Hola! Siento muchísimo el retraso, pero he estado hasta el cuello de exámenes. Espero que os guste el capitulo. Os quiero


martes, 8 de febrero de 2011

Capitulo 55: Mientras que el corazón aguante.

Se colocaba el pelo hacia atrás, mientras que Diego la miraba desde el otro extremo de la habitación. Ella lo observaba por el rabillo del ojos y se terminaba de dar los últimos retoques antes de irse a dar una vuelta.
-Estas preciosa... - le dice Diego, casi en un susurro.
Ella se acerca a el y le sonríe a los labios.
-Estoy preciosa, porque tu haces que este preciosa.
Casi mordiéndole los labios le hace un gesto con el reloj para decirle que tienen que irse. Coge la llave y nada mas salir por la puerta hecha el cerrojo.
Guarda la llave en el bolso negro que le roza la pierna y le da la mano a Diego, saliendo por la puerta del portal.
La noche presenta un cielo plagado de estrellas, pero que a la misma vez hacen que esta noche aparte de bonita tengo un toque mágico.
Las farolas están a medio encender, algunas parpadean y otras nos delumbran la cara. Andan deprisa hacia donde han quedado con sus amigos, la discoteca donde se conocieron, el lugar donde sus caminos se unieron. Sus sonrisas iluminan mas la calle de lo que esta, sin saber que todo cambiara, por mucho que lo intenten.

Casi a punto de salir el tren, se despide de Sara.
-Sara, lo nuestro nunca funciono...Mi corazón siempre perteneció a Patricia.
-Lose...Pero quería que me dieras una oportunidad, y por muy raro que me pareció me la distes.
-Es que ahora Patri es feliz con otro y yo ya no pinto nada aqui.
-Te entiendo.
-Muchas gracias Sara...Por favor dile a Patricia que me he ido.
-Yo se lo diré...Pero prométeme una cosa, prometemela a mi o a Patricia, pero prometelo.
-¿El que?
-Que volverás.
-Volveré...Mientras el corazón aguante.
Acariciándole la cara a Sara, diciéndole adiós y haciendo que lo perdone, se sube al tren.
Sin que tan solo Sara y sus padres lo sepan, deja atrás todo lo que un dia el mismo destruyo. Se sube al tren de los putos recuerdos que le hacen sentirse tan impotente. Con la cabeza hacia abajo, mirando tan solo sus zapatillas se despide a las tantas de la noche de lo que un dia se le escapo de las manos. Fuera del tren, a Sara se le escapan unas breves lagrimas.
A unos cuantos pasos mas, sus padres se preguntan porque su niño, ha tenido que crecer tan rápido y enamorarse tan profundamente de Patricia.
A lo lejos, mucho mas lejos, en una discoteca, con luces cegándoles la cara, con unas cuantas copas de mas, un dolor de pies terribles y con millones de risas alrededor, esta ella.
Esa chica a la que Oscar miraba en el tren de vuelta, esa chica con la que sueña cada noche, esa chica a la que un dia le hizo tanto daño, esa chica a la que no es capaz de pedirle explicaciones ni un porque, esa chica con la que bailo hasta las tantas de la noche, esa chica con la que compartió sus besos, esa chica a la que observa cada dia, esa chica con la que se río tantísimas veces,esa chica que ahora esta agarrada a las caderas de otro chico.
Derramando una ultima lagrima, agarra su maleta y se apoya en el respaldo del sillón del tren.
El tren arranca y se marcha rumbo a Benidorm, donde Oscar pasara un tiempo hasta que su corazón pueda sanar. Un destino que le hace recordar el verano pasado y los momentos junto a ella y junto a Sergio, que ya no esta.
Antes de fundirse en sus sueños, recuerda una ultima cosa.
"-Aqui tienes la respuesta a tu pregunta...La lluvia"
-La lluvia?
-Si Oscar la lluvia... Algún día te lo explicare"
Algún dia ella me explicara la alocada respuesta a mi pregunta. Patri, algún dia, algún dia de estos en los que vuelva y mi corazón allá sanado, algún dia en los que el sol brille de nuevo, esos días, entonces me lo podrás explicar pequeña.
Oscar, descansa su mente y se acomoda en el sillón, deja descansar sus recuerdos y permanecerlos en el tiempo...

23:00
Una punzada en el corazón la hace parar en seco en medio de la multitud. Abre los ojos y tira el vaso al suelo, haciendo que casi toda la discoteca la mire.
Su mente se queda en blanco, como la de el chico que viaja en el tren. Sus piernas resbalan por la copa derramada en el suelo y cae encima de los brazos de sus amigas.
La gente empieza a alborotarse y la música se para. Los móviles empiezan a marcar el 112 y las sirenas se empiezan a oír al instante.
La tumban en un sillón que esta al lado de ella. El dueño de la discoteca manda a la gente apartarse y manda a los camareros que recojan el vaso roto y que aparten a las personas.
Los enfermeros aparecen por la puerta de la discoteca con una camilla y ponen a la chica encima de ella. Sin que sus pies paren la meten en la ambulancia mientras que le toman en pulso.
Sus amigas y amigos pregunta al enfermero si pueden ir con ella, el le responde que no, que esperen y que vayan al hospital.
Entre las estrellas de la noche, esas que parecían tan bonitas, la ambulancia se la lleva al hospital.
Los enfermeros comentan al lado de la chica lo ocurrido.
-¿Que le ha pasado?-dice uno.
-Nose, según dicen se ha desplomado en el suelo.
-¿Habia bebido?
-Solo una fanta, nada mas.
-¿Y porque le ha pasado esto?
-Lo sabremos cuando los médicos la examinen.
-Por cierto, ¿Como se llama la joven?
-Umm...Como era...aa si, se llama Patricia.
-De acuerdo.
El enfermero apunta en nombre en una hoja y la guarda.
Ese mismo instante, las estrellas dejan de brillar, la noche no es tan preciosa como se esperaba, la sirena retumba en los oídos de la gente que hay por la calle y dos corazones, se separan poco a poco, dirigiéndose cada uno a lugares diferentes. Uno escapa hacia Benidorm y otro se refugia en el hospital.

martes, 1 de febrero de 2011

Capitulo 54: Recuerdos.

La niebla se empezaba a dispersar, y los pasos, a lo lejos se oían. El cielo se ha tenido de un negro intenso, acompañado de los corazones que nunca sanaran.
La gente que quedaba en las aceras, comentaba la emotiva despedida de esta pareja.
Diego me agarraba fuertemente por la cintura, protegiéndome del frío.
-Cariño, vamonos, no puedo estar un minuto mas aqui- dijo Patricia.
-Como quieras. Vamos a mi casa, o a la tuya o a un bar o al país de Nunca Jamas?
-Yo me iría al país de Nunca Jamas ya mismo...Pero es que los billetes de avión cuestan mucho-dijo Patricia guiñando un ojo.
-Bueno, entonces esa opción la descartamos.
-Pues nose, podríamos ir a mi casa, mi padre esta de viaje de negocios y mi madre lo ha tenido que acompañar.
-¿Y estas sola toda la noche?
-Toda la noche y todo el dia de mañana.
-Eso no puede ser! Ahora mismo nos vamos los dos a hincharnos a palomitas, mientras que vemos una película y esta noche me quedo durmiendo contigo.
-Diego...Lo de la peli y las palomitas me parece genial, pero no hace falta que te quedes a dormir conmigo...
-Que si hace falta...Ademas, hoy es sábado! Salimos un poco, bailamos y nos dormimos juntos.
-¿Y que le vas a decir a tus padres?-dijo Patricia mirándolo a la cara.
-Que me voy a casa de un amigo, total no les importa, mas tiempo para ellos dos solos.
-Jaja bueno, esta bien...Vamonos a mi casa a ver una película, pitufin. - Termino Patricia, dándole con el dedo el nariz a Diego.
Agarrados de la mano, se fueron andando hacia casa de Patri. Fueron un poco deprisa, ya que el cielo avecinaba tormenta y no llevaban paraguas...

En esa misma esquina por la que esa pareja de enamorados andaba deprisa, como una bala, estaban ellos.
Ese chico que no para de preguntarse porque coño sigue con una chica que simplemente le cae bien y que solo la quiere como amiga.
Ella, en cambio, cree que el la quiere con locura y que cada dia se enamora mas de ella.
-Oscar, donde vamos?
-A la iglesia.
-...A la iglesia? Para que?
-Quiero despedirme de un amigo.
-Ah...Del chico y la chica del accidente de ayer?
-Si...
-Los conocías?
-Si.
Adelantándose un poco mas que ella, casi corrió hacia la Iglesia, donde el cuerpo de su amigo, en parte, descansaba junto al de su amor.
-Sara, enseguida salgo.
-Esta bien, te espero aqui.
La puerta chirrió un poco, y la humedad hizo que pesara mas de lo debido.
En silencio, Oscar entro a la Iglesia, viendo los pétalos de rosa todavía esparcidos por el suelo de un tono beis. Las dos fotos en grande seguían colocadas en el altar, juntos a los ataúdes.
-Hola joven, lo siento pero la ceremonia ya ha acabado.
-Lose, pero quería despedirme de mis amigos por ultima vez.
-Bueno, esta bien, pero date prisa, dentro de poco llevaran los ataúdes al cementerio.
-Esta bien...
-Conocías a los dos?-dijo el cura mirando la cara blanquecina de Oscar.
-Si... Eramos buenos amigos, aunque la mayoría de veces nos peleáramos.
-Eran muy jóvenes...Tan solo 15 años.
A duras penas, Oscar intento sonreír. El cura comprendió su gesto y se marcho dejándolo solo.
Se acerco al ataúd de Sergio y lo acaricio con la mano.
-Sergio...Tu y yo, realmente amigos del alma no hemos sido, pero compartíamos algo que en parte nos separo y nos unió mas que nunca, a Patricia.
Siento haberte hecho daño...Y también me alegro de que fueras feliz con ella y con Maria, parecía muy buena chica. Perdóname allá donde estés.
Sus piernas le impidieron caerse al suelo, era demasiado fuerte como para caer tan rápidamente, pero sus lagrimas no se resistieron y por una milésima de segundo, rozaron la suave cara de Oscar, dejando paso a un mar de explicaciones que tendría que dar a Sara, por muy poco que le importara.
Atrás, sus pequeños enredos y confesiones, sus pequeños días de agobio y su impotencia por no haber hablado con Sergio desde el verano, atrás se quedaron, atrás en lo mas hondo de lo que se podría llamar corazón, ya que, el pobre ha sufrido unos cuantos malos ratos, atrás se quedaron las ganas de pegar puñetazos a quien se acercara a mas de 5 centímetros de los labios de su amada, atrás se olvidaron todo lo que un dia hizo daño.
Sus manos empujaban otra vez la pesada puerta y su cuerpo y su mente salían de la Iglesia.
-Ya estoy aqui Sara.
-¿Estas bien Oscar?-dijo ella preocupada.
-Si, no te preocupes, unos pocos recuerdos que vienen y van.
-Esta bien...Vamonos, va a empezar a llover.
Andando deprisa, corriendo, cogidos de la mano, medio sonriendo y con gotas de lluvia cayéndoles encima de ellos. Oscar, al lado de Sara, recordaba aquel dia de lluvia con Patricia.
Sus infinitas vueltas sobre un charco, sus mas infinitas aun ganas de caerse sobre el agua y sentir la ropa aun mas mojada de lo que estaba aquel dia, sus cuerpos unidos en uno, sus labios a escasos segundos de besarse, la duda con la que lo dejo Patricia y las ganas de no imaginarse que en este momento, ella, Patricia, estaría bailando con otro chico bajo la lluvia.

Mientras que en el microondas las palomitas saltaban dentro de la bolsa, Patricia miraba por la ventana contemplando las pequeñísimas gotas de lluvia que caían sobre las ventanas.
En parte, quería dejar de mirar y por otra parte, solo quería estar mirando toda lo que quedaba de dia a aquellas diminutas gotas que le hacia recordar.
Apenas se había acordado de Oscar estos últimos días...Pero la lluvia, muy común en ella, le hacia recordar. La bronca de su madre por llegar mas mojada que las ventanas a su casa, los calcetines que parecían sacos de agua, el pelo que mas bien parecía una fregona recién sacada del cubo y las manos con mas arrugas que nunca.
El sonido del microondas sonando la despertó de sus recuerdos.
-Patri, ya están las palomitas!-dijo Diego gritando.
-Voy!-dijo ella mirando por ultima vez la ventana.
Hecho las palomitas en un bol, cogió dos coca-colas y las llevo al salon. Sentándose en el sofá grande, junto a Diego, dijo:
-Que película quieres ver?
-Me da igual! Tu sabes que me gustan todas.
-Pues, vamos a ver...Que te parece una de risa?
-Estupendo.
Dándole al play que tantas veces había parado, las risas se empezaron a oír, incluso antes de que los actores empezaran a hablar. Acurrucándose el uno en el otro, sintiendo que los corazones casi, se salían del pecho y no solo por la película, sabiendo que acabarían mas palomitas en el suelo que en la boca, todo esto y mucho mas, puede pasar en una tarde donde tus recuerdos se mezclan con la realidad.

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SIENTO EL RETRASO! :S
ÚLTIMAMENTE NO TENGO TIEMPO PARA NADA!
GRACIAS ! ^^